Orquesta de Cámara del Festival

El tema y variaciones en estilo rococó de Chaikovski es uno de los conciertos para violonchelo más interpretados del repertorio. El propio compositor definió "rococó" como "una despreocupada sensación de bienestar". Es una obra cálida, amable y encantadora, que cuenta con Amos Yang, el propio violonchelo principal del Festival, como solista. A los fans de Mozart les encantará la quinta sinfonía de Schubert, una pieza edificante llena de melodías alegres y ligeras, cualquiera de las cuales es probable que se encuentre tarareando de camino a casa.

En 1942, la BBC encargó a Benjamin Britten que pusiera música a seis poemas ingleses como retrato de la vida en Inglaterra. Entre los autores figuraban Tennyson, Blake y Keats. El tenor Nicholas Phan y el trompa principal William VerMeulen conversarán a través de la música en la Serenata para tenor, trompa y cuerdas de Britten. En Mother Goose, Maurice Ravel puso música a cinco cuentos de hadas como regalo a dos hijos de sus buenos amigos para que los tocaran al piano. Más tarde lo convirtió en una partitura completa de ballet, que la Orquesta del Festival interpretará en este concierto.

En la noche inaugural, la "brillante pianista" Orli Shaham(The New York Times) regresa a Sun Valley para interpretar el hermoso Concierto para piano en sol mayor de Ravel, con influencias del jazz. Siguiendo con la temática jazzística, el programa también incluye Delights & Dances, una composición rítmica y conmovedora del compositor estadounidense nominado al Oscar Michael Abels. La Temporada se abre, por supuesto, con The Star-Spangled Banner, seguida de la Obertura de El barbero de Sevilla, de Rossini.

La Sinfonía nº 2 de Beethoven destaca por su optimista entusiasmo, una cualidad que ofrece en abundancia a pesar de la avanzada sordera del compositor cuando la escribió. Rebosante de extremos y sorpresas, la pieza exhibe una exuberancia y alegría que no se volverán a escuchar hasta -quizá- su Oda a la alegría de la novena sinfonía. El concierto se abre con el Idilio de Sigfrido de Wagner, una pieza que escribió para su esposa, Cósima. Wagner contrató a un pequeño grupo de músicos para que tocaran la pieza en el vestíbulo de su casa para despertarla la mañana de su cumpleaños.